Una piel sana y luminosa
El brillo sano de nuestro rostro es aquel que surge como resultado de una piel sana, que sigue una rutina adecuada de belleza que cubre sus necesidades, porque recordemos que cada piel es diferente y lo que a unas les funciona a otras no, pero aun con esto hay ciertas reglas básicas y generales que son claves para una piel saludable.
Comer sano y balanceado
Somos lo que comemos, y esto también se refleja en nuestra piel. Comer alimentos no tan limpios y cargados de toxinas nos puede dejar con una piel sin vida, apagada y seca. Además, una falta de nutrición acelera la aparición de arrugas y granitos de acné.
Protector solar
Hay que evitar una excesiva exposición a los rayos del sol, así como usar un protector solar con un SPF de 15 o superior. Es aconsejable una nueva aplicación de protector solar, especialmente después de haber sudado o haberse dado un baño.
Hidratar
Hidratar tu piel diariamente te ayudará a mantenerla tersa al incrementar los niveles de humedad. La piel muestra distintas necesidades según la edad y el tipo de piel.
Agua
El agua ayuda a que el cuerpo funcione lo mejor posible y hace que tu piel tenga una apariencia más tersa y fresca.
Ejercicio
La elasticidad y la tonificación de la piel se pierden con la edad. Puedes mantener la firmeza de tu piel haciendo ejercicio físico regularmente. Un ejercicio moderado como el yoga puede ser tan beneficioso como el más vigoroso ejercicio muscular.
Exfoliación
Los geles de ducha o los masajes exfoliantes contienen partículas que favorecen el proceso de renovación celular sin agredir a la epidermis que ayudan a eliminar las células muertas de la piel.
Recuerda que no hay como acudir con un especialista para que pueda orientarte acerca de lo que le sirve a la tuya y no estar adivinando y gastando en productos que al final no van a tener el efecto deseado.